“Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”.
Charles Darwin, El Origen de las Especies.
Lo más permanente de la existencia, es el cambio. La vida no es estática, siempre está en movimiento, siempre se está transformando. Si no fuera así no hubiésemos evolucionado. Basta con leer un libro de historia, cualquier historia, para ver cómo las cosas han cambiado. Pero no nos vayamos tan lejos, dale un repaso a tu vida. ¿Acaso eres la misma persona de hace diez, cinco, un año atrás? No, no lo eres. Y esa es la mejor evidencia de la existencia de la Ley Universal del Cambio.
Situaciones extraordinarias suelen ser precursoras de cambio. Los desastres naturales se encuentran entre esas situaciones. Los temblores que hemos experimentado desde el pasado 28 de diciembre de 2019, y muy particularmente el del 7 de enero del 2020 a las 4:24 de la madrugada, magnitud 6.4, cambiaron nuestra vida para siempre. La verdad es que ya no hay vuelta atrás. Estamos frente a una nueva realidad: Vivimos en un país de alta actividad sísmica, y tenemos que adaptarnos a eso.
Como todo cambio requiere, es necesario, mas que necesario obligatorio, realizar los ajustes correspondientes para vivir y ser funcionales dentro de lo que es esa nueva realidad. ¿Pero cómo adaptarnos a una situación que no solo es nueva para nosotros, sino que también nos causa miedo, pánico, terror? Una situación que a muchos los ha dejado sin un techo seguro, sin posibilidad de poder satisfacer necesidades básicas. Una situación que cuando pensamos que ya pasó, nos vuelve a visitar, llevándonos a ese primer día en el que todo cambió. Es difícil, no te voy a mentir, pero no es imposible. Y no lo es porque ya tienes en ti todas las herramientas y destrezas necesarias para adaptarte a tu nueva vida y ser exitoso en ella.
¿Y cómo lo vas a hacer?
1) Haz un compromiso contigo, con tu bienestar
En momentos de caos tienes que comprometerte contigo. Tú sabes lo que es comprometerse, lo has hecho todo el tiempo. Te comprometes con tu pareja, con el préstamo del carro, con el trabajo. Sabes que tienes una obligación con la que tienes que cumplir. Pues ahora tienes que comprometerte con lo mas importante de tu vida: CONTIGO. Comprométete con tu bienestar, con tu seguridad, con tu paz, y oblígate a hacer lo pertinente para cumplir con ese compromiso.
2) Prepara un plan
Sabes que no hay vuelta atrás. Tienes que adaptarte a la nueva realidad y tienes que saber cómo hacerlo. Planifica, prepárate. Que no te coja de sorpresa lo que ya sabes que puede suceder en cualquier momento, porque ya está sucediendo. Edúcate, adquiere conocimiento relacionado al tema. El conocimiento es poder. Asegúrate de que las fuentes que utilizas son las correctas, de personas expertas en la materia. No te dejes llevar por lo que todo el mundo dice.
3) Ocúpate de lo que puedes controlar, no te preocupes de lo que no puedes
La naturaleza nos ha dejado muy claro que nada ni nadie la controla, por lo tanto, nunca sabremos cuando va a temblar, con que magnitud ni intensidad lo va a hacer. Sin embargo, lo que sí puedes controlar es cómo reaccionas a la situación. Tu eres el experto de tu vida, eres responsable de ella, te conoces mejor que nadie y por lo tanto eres quien único la puede controlar. Actúa de acuerdo a lo que quieres para ti dentro de esta nueva realidad.
4) Habla, y háblate, en positivo
En momentos de caos es muy fácil dejarnos llevar por lo negativo, el desasosiego, la desesperanza. ¡Cómo no hacerlo si todo lo que vemos a nuestro alrededor es precisamente eso! Sin embargo, es en estos momentos en los que tienes que programar tu mente para lo positivo. Conecta contigo y convéncete de que todo está y va a estar bien. Y no te confundas, ser positivo no es ser irreal, todo lo contrario. Ser positivo es saber que, aún con lo que pueda pasar, vas a estar bien, porque tienes las destrezas y capacidades necesarias para estarlo.
5) Sé flexible
Reconoce y acepta que las cosas cambiaron y que no puedes hacer nada respecto a ese cambio, sólo respecto a tus respuestas ante el cambio. La flexibilidad te permite adaptarte al cambio, y hace que las cosas fluyan. La rigidez, por el contrario, lo que hace es que te resistas al cambio. Las cosas rígidas son las que se quiebran con mayor facilidad, porque no fluyen.
6) Despeja el camino del cambio
Grandeza, sabiduría, poder, son cualidades que posees desde que naciste. Son parte de tu sistema. No son destrezas adquiridas, ni aprendidas. ESTAN EN TI. Sin embargo, el caos y el desorden se encargan de ocultarlas de ti, al punto de que piensas que no las tienes. No lo permitas. Despeja el camino. Reconecta con tu esencia.
7) Recuerda que has superado situaciones desastrosas antes, por lo que lo vas a volver a hacer esta vez
Si lo hiciste una vez, lo puedes hacer de nuevo: Cuando tu pareja te dejó y pensaste que se te acababa el mundo; cuando tu ser querido murió y creíste que no podrías seguir adelante; cuando te quedaste sin empleo y tuviste que volver a empezar; cuando enfermaste y no sabias si lograrías sobrevivir y aun así luchaste. Estoy segura que has pasado por alguna de estas situaciones, y que, a pesar de ellas, seguiste adelante y aquí estas. Lo hiciste porque podías hacerlo. Y esta vez no es la excepción.
8) Ten FE
La Fe es la certeza de que las cosas que nos aportarán bienestar, son posibles. Aférrate a tu Fe y trabaja con ella. ¡Tú y tu Fe son un equipo invencible!
Las leyes se hicieron para cumplirlas, y esta ley no es la excepción. Recuerda, puedes adaptarte al cambio, porque ya lo has hecho antes. Cumple con la ley.